La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana provocada por Borrelia, que puede ser de diferentes especies como: burgdorferi, azfelii, garinii, hermsii, u otras especies, siendo las más frecuentes en España la garinii y la burgdorferi. Se adquiere por la picadura de una garrapata infectada, que a su vez puede estar sobreinfectada por otros microorganismos que ampliarán el cuadro clínico del paciente. La enfermedad de Lyme crónica es una enfermedad completamente distinta comparándola con su fase temprana, debido a los efectos inhibitorios que la borrelia ejerce sobre el sistema inmunológico (la Borrelia inhibe y mata células T y B y disminuye el recuento del subconjunto CD57 de las células Natural Killer). Como resultado, no sólo la infección con Borrelia se perpetúa y permite su avance sino que también las coinfecciones cobran relevancia. La Borrelia tiene la capacidad de mutar de espiroqueta a formas redondeadas que son persistentes y capaces de “engañar a nuestra inmunidad que permanecería impasible ante el avance dela infección.
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